Shut up and dance
Por Karla Cevallos
Se puede ver que este capítulo de Black Mirror, no es una excepción a la trama polémica que mantiene la serie; una trama que permite repensar el mundo en el que vivimos y el cual se ha modificado por el avance tecnológico, permitiendo tener libre acceso a información y entre otras cosas. Este capítulo tocará un tema bastante polémico, una trama al inicio bastante común, permitiendo a quien mira introducirse en la inocencia del personaje principal en su día a día, donde predomina su gentileza y docilidad. Una vez introducido el nudo perturbador de los chantajes, las escenas comienzan a desarrollarse más frenéticamente, mostrando así la angustia que domina al joven. Esto justamente permite denotar como desde el momento del chantaje, la imagen dócil y gentil que el personaje creo para sus otros se encontrara en detrimento; el miedo de quedar expuesto y perder esta imagen lo enmudece. Es ahí donde surge un sujeto que se encuentra barrado. El desarrollo del capítulo girará justamente en torno de esa en búsqueda infinita por demandas anónimas y extremas, para no quedar expuesto frente al Otro. La posibilidad de que Otro pueda entrar a su escena masturbatoria, es la que da paso a su culpa y vergüenza que al inicio, cuando en la escena solo estaba él y su pantalla, sin ninguna otra mirada de por medio no existía. Esto provoca que siga las órdenes y que en actos seguidos, busque mantener o salvar su imagen dócil frente a ese Otro que puede entrar en su escena. Al ponerse en juego demandas que incluyen delitos él se rehúsa o dubita en cometerlos, sin embargo al encontrarse con otra persona mayor que cometió similares delitos, toma el lugar de su conciencia, llenándolo de culpa y vergüenza. Un anticipo por lo que podría pasar en su vida, después de que su imagen dócil quede destruida, le permiten pasar al acto. En la demanda final, donde hay un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con otra persona, se encuentra con lo imposible, su Otro cae completamente quedando frente a la falta y su castración; es en ese momento que el sujeto pasa al acto queriendo matarse. Se puede tener en cuenta como la entrada en la vida del sujeto y el problema central tiene un similar desarrollo en cuanto a las demandas de quienes lo chantajean. Una entrada suave velando la realidad y más adelante una aceleración angustiante que muestra poco a poco el surgimiento de la castración, de lo imposible, de la realidad. Una realidad tanto pulsional por la perversidad que guarda en ella y en su elección de objeto y de lo real e imposible de mantener un Otro completo que permita sostener un yo dócil.