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Matrix
En los campos cultivados no hay precisamente hijos, no hay seres humanos, no hay siquiera cuerpos: son sólo cosas, materia prima útil, objetos dotados de movimiento, conjuntos de órganos articulados con forma de criatura humana. Una perspectiva a menudo defendida por los amantes a ultranza de las tecnologías reproductivas interroga sobre por qué no utilizarlas para el mejoramiento de la especie humana –por supuesto, dentro de límites que siempre se tildan imprecisamente de éticos– si así se ha procedido sin mayor oposición con el reino animal y el vegetal.
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